Capitalismo sin culpa, comunistas afuera

En un país donde el éxito se castiga y la miseria se romantiza, este artículo expone sin filtros por qué el capitalismo funciona y por qué los argentinos deben dejar de pedir perdón por querer crecer. Una bomba ideológica para entender, despertar y elegir, libertad o dependencia.

Plata o Verso07/08/2025Redacción Realidad CatamarcaRedacción Realidad Catamarca

Empresa Fúnebre Viviana Nieto

Capitalismo vs Comunismo
Capitalismo vs Comunismo

El argentino promedio odia al rico… pero quiere serlo. Le tiene bronca al capitalismo… pero se queja cuando no hay dólares.

Durante décadas nos metieron en la cabeza que el capitalismo era el problema. Que el rico es malo. Que si a vos te va mal, es culpa del que le va bien. Nos convirtieron en un país donde el mérito es sospechoso y el fracaso es bandera.

El Estado se agrandó, se volvió omnipresente, metió la mano en todo y fundió todo lo que tocó. Bancos, trenes, empresas, educación, salud, justicia, todo contaminado por la politiquería. Nos prometieron igualdad, pero lo único que lograron fue nivelarnos para abajo.

¿Sabés quién sacó a millones de personas de la pobreza en el mundo? El capitalismo. No el socialismo, no el populismo, no el Estado presente. Capitalismo. Libertad económica, propiedad privada, reglas claras, competencia, inversión, ahorro, trabajo.

Mientras nosotros demonizábamos al empresario, al que genera riqueza, al que apuesta, otros países hacían lo contrario, Corea del Sur, Irlanda, Chile, Alemania, Estados Unidos. Se abrieron al mundo, le dieron lugar al que produce, dejaron de castigar el éxito y empezaron a crecer. Nosotros hicimos todo al revés.

Acá, si te va bien, te persiguen. Si te esforzás, te bajan. Si arriesgás, te ponen una traba. El sistema no está armado para que progreses. Está armado para que dependas. Para que agradezcas un subsidio mientras te sacan la dignidad.

Te entrenaron para odiar al que trabaja. Para mirar mal al que progresa. Para señalar al que invierte. Para repetir que “el Estado te cuida”, cuando en realidad lo que hace es usarte. Te dijeron que el capitalismo es egoísta, pero nunca te explicaron por qué los países más libres son los más ricos, los más estables, los más seguros.

La envidia se volvió doctrina. La culpa, un freno. El éxito, un pecado.

Pero llegó el momento de romper esa trampa mental. Dejar de pedir perdón por querer crecer. Entender que no hay que empobrecer al rico para ayudar al pobre, sino hacer que todos tengan la posibilidad de prosperar.

Crecer en serio es dejar de odiar al que ya lo logró y empezar a preguntarse cómo lo hizo. Es dejar de creer que el Estado te va a salvar y asumir que sos vos el que tiene que construir su camino. Es dejar de mendigar y empezar a producir.

Capitalismo sin culpa. Libertad sin intermediarios. Comunistas afuera.

Si querés que te vaya mejor, dejá de odiar a los que ya lo lograron. Aprendé de ellos. Competí. Superate. El camino al crecimiento no es la envidia: es la libertad.

Empresa Fúnebre Viviana Nieto

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