¿Sos católico? Entonces también sos liberal (aunque no lo sepas)

Durante años te dijeron que el liberalismo era frío, egoísta, anticristiano.
Que ser buen católico era aceptar lo que el Estado te dé, cerrar la boca y agradecer las limosnas disfrazadas de planes sociales.
Que el “bien común” justificaba cualquier cosa, incluso robarte el sueldo, matar al inocente o mentirte en la cara.
Pero todo eso fue mentira.

El catolicismo no nació para ser esclavo del poder.
El Evangelio no es un plan asistencial.
Y la verdadera caridad no se impone, se elige libremente.

El liberalismo bien entendido, el moral, el que defendieron Alberdi, Bastiat, Mises y tantos otros, parte de los mismos principios que enseña la Iglesia:
Dios te hizo libre.
Te dio razón, conciencia y voluntad.
No te obliga. Te llama.
Y eso mismo hace el liberalismo, te respeta, no te impone.
Te deja actuar según tu conciencia, mientras no dañes a otro.

¿Qué valores defiende el liberalismo?
La vida desde la concepción.
La propiedad privada.
La libertad de educar a tus hijos como quieras.
El respeto a la familia como base de la sociedad.
El esfuerzo y el mérito.
El rechazo al robo.
La verdad como principio, no como estrategia.

¿Y qué enseña el catolicismo?
No robarás. No matarás. No mentirás. Honrarás a tu padre y a tu madre. Amarás al prójimo, pero sin codiciar lo ajeno.
Serás libre para elegir el bien.
Y si errás, te harás cargo. Porque Dios no te infantiliza, te eleva.

¿Quién te dijo que la fe y el liberalismo están peleados?
¿Quién te metió en la cabeza que para ser buen cristiano hay que votar al que reparte lo que no es suyo?
¿Quién usó tu fe para justificar la mentira, la trampa y el poder eterno de unos pocos?

Si sos católico, pero también trabajás, criás a tus hijos con valores, defendés la vida, ayudás al que lo necesita sin robarle a otro…
Entonces, sin saberlo, ya sos liberal.

El verdadero liberalismo defiende la vida, la familia, la libertad y la verdad. Exactamente como tu fe.

Y hoy, en Argentina, hay un solo proyecto político que se anima a defender estos valores sin vergüenza, sin disfraz y sin pedir permiso.
Vos ya sabés cuál es.